Los arcos dolientes
se estremecen
en rombos, rimas, rúgulas.
No cumplen su objeto
de leves sostenimientos.
Fracturados, el aire circular
se rasga al contacto
de los elementos:
Arena en los ojos,
sílice en las venas,
madera en los dientes.
Fracturados los arcos
el paso a la dimensión
se transforma a saltos
de piedra, metal y yeso.
Los arcos dolientes
desesperan de sus raíces;
ruedan en su
fantasma de
círculo.
2 comentarios:
Me gusta esta poesía.
Te he respondido , por no saber tu dirección de correo electrónico , mediante un comentario a tu comentario en mi blog. De nuevo gracias y un saludo
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